MPV- DEMOCRACIA PROGRESISTA:
El MPV es una fuerza progresista, expresión de la izquierda
plural por lo que hace una clara opción preferencial por los más vulnerables,
en especial, por los niños, adolescente y jóvenes, por los discapacitados, por
los pobres, por los enfermos, por los de la tercera y cuarta edad. Nuestra
organización respeta y valora la diversidad y trabaja por la instauración de un
nuevo modelo democrático y una nueva forma de hacer política en nuestro país.
El “chavismo” resulto ser una burda falsificación de las ideas de la izquierda;
el socialismo del siglo XXI termino siendo una mala copia de lo peor del
stalinismo del siglo XX. Los hombres y mujeres aquí agrupados creemos que se
trata de evolucionar, de mirar hacia delante, de imaginarnos el futuro, de ser
progresistas. Es preciso que la sociedad venezolana supere de una vez por todas
tanto la democracia de antaño como la decepción colectiva que ha significado la
experiencia “chavista- madurista”.
En tal sentido, nos planteamos la necesidad de
rescatar la institucionalidad, hoy pérdida, sobre todo la del poder
judicial, ineficaz, partidizado, sometido a los intereses y designios
del Ejecutivo Nacional y corrupto como nunca antes en la historia del país. Con
una justicia así no tendremos paz, futuro ni progreso. Para nosotros es
fundamental reconstruir el estado de derecho y de justicia, así como hacer
respetar la Constitución Nacional.
Es preciso el regreso de los militares a
sus espacios naturales, queremos una Fuerza Armada patriótica, democrática y eficiente, sometida al poder
civil y a la ley, cumpliendo las funciones que le asigna la Constitución y no
las que le imponga un partido político o el presidente de turno.
Estimamos inaplazable una lucha a fondo, en varios
frentes, contra la violencia y el crimen, para que esto ocurra es preciso
convocar un gran acuerdo nacional del que participen, sin exclusiones, todos
los sectores del país, que incluya el saneamiento de todos los cuerpos de seguridad,
programas de prevención del delito, ataque y control de la delincuencia
organizada, depuración del sistema carcelario y planes de formación ciudadana.
Hoy, ¿quién lo duda?, los que aquí vivimos somos rehenes de los violentos y de
los criminales. Estamos convencidos que se puede derrotar al hampa, que podemos
vivir en paz, pero para que esto sea posible es necesario una clara voluntad
política por parte del presidente de la república y simplemente no la hay.
Es necesario recuperar nuestra dignidad como
ciudadanos venezolanos. La patria hoy necesita la revalorización de su mayor
riqueza que son sus ciudadanos. Para ello el nuevo modelo educativo
debe propugnar las bases de una sociedad democrática, justa, equitativa, que
desarrolle el potencial creativo necesario para consolidar un país con un alto
desarrollo científico-tecnológico capaz de encontrarse con el resto de la
humanidad. Estamos obligados a una educación para la vida, para la paz, para el
trabajo honesto. Tenemos que formar un ciudadano con ética, con altos valores
humanos, solidario y comprometido con la patria. La educación debe ser
inclusiva, de alta calidad, humanística que se oriente a la transformación
productiva del país. EDUCACIÓN Y TRABAJO son pilares fundamentales de la nueva
Venezuela.
En materia económica,
trabajaremos por una economía productiva y democratizada, que supere el
carácter extractivista y la dinámica rentista que hoy marca nuestra actividad
económica, en la que la iniciativa
privada tenga un rol importante, que se afinque en la cultura de trabajo y que
use el petróleo y las otras fuentes energéticas como palancas de desarrollo, en
especial, para la industrialización. El aparato económico debe ser
revitalizado, reorientado a una economía productiva para el bienestar colectivo
nacional, donde los niveles de producción permitan superar los problemas de
escasez y desabastecimiento, procurando dentro de sus máximos objetivos un
desarrollo sustentable que respete el medio ambiente, con un solo sistema
cambiario que le dé un valor real a nuestra moneda, que facilite la disminución progresiva de los índices de
inflación con una gestión pública transparente que rescate el valor del pueblo
contralor.
En lo atinente a infraestructura y servicios
públicos es menester poner en marcha, con urgencia, un plan nacional de rescate
de estos servicios, que eleve la calidad de vida de los venezolanos. Es
indispensable enfrentar con urgencia la desastrosa situación de las carreteras
y autopistas del país, reactivar los planes de generación y distribución del
sistema eléctrico nacional, así como rescatar la cultura del mantenimiento
preventivo, aprovechar de manera real y eficiente el uso de nuestros satélites
para hacer más efectivo nuestro sistema de telecomunicaciones, reimpulsar el
plan de construcción de viviendas con normas de urbanismo y la participación
del sector privado. Al frente de estas tareas deben estar nuestros mejores
especialistas sin importar para nada su afiliación política. En materia de salud y calidad de vida,
es necesario impulsar y consolidar un SISTEMA PUBLICO NACIONAL DE SALUD,
orientado por los cuatro principios de la Atención Primaria en Salud, es decir
que cuente con atención médica integral, prevención primaria y secundaria,
promoción de calidad de vida y salud y educación para la salud (tanto a nivel
hospitalario como ambulatorio) y que
responda al imperativo ético de satisfacer las necesidades sociales de la
población. Precisamos de un sistema público de salud que sea de carácter
intersectorial, descentralizado, participativo Integrando así todas las
estructuras, órganos, programas y servicios del actual sistema fragmentado, que
este regido por los principios de gratuidad, universalidad, integridad,
equidad, integración social y solidaridad, como reza la Constitución.
En materia de relaciones internacionales,
abogamos por una política exterior independiente que promueva la multipolaridad
y la integración con otras naciones de América latina y del Caribe, que luche
contra los últimos vestigios del colonialismo en el mundo y que ayude a los
exportadores venezolanos a vender sus productos en el extranjero.
Venezuela vive hoy la peor crisis política,
económica y social de toda su historia, la escasez y el desabastecimiento, la
inflación, la violencia e inseguridad, el colapso de la salud y los servicios
públicos, la pérdida de valores y principios,
así como la arbitrariedad, el autoritarismo, la corrupción y la
ineficacia enquistados en el gobierno nacional liquidaron cualquier posibilidad
de entendimiento y la probabilidad de desarrollo democrático. Hoy más que nunca, es necesario poner en tensión a todas
las fuerzas democráticas del país, para que, en medio de la diversidad y en el
marco de la UNIDAD democrática, podamos superar entre todos la dramática
situación que vivimos y disipar de una vez por todas las sombras que se ciernen
sobre las futuras generaciones. Este gobierno no solo dilapidó los inmensos
recursos producto de los altos precios del petróleo en el mercado internacional
sino que, además pretende, de manera absolutamente irresponsable y por la vía
de la deuda pública, hipotecar el futuro. Hay que salir de Maduro para detener
su afán de destruir al país y para eso es necesario buscar el mecanismo
constitucional más expedito que nos
permita lograrlo. Para esa tarea, el pueblo Venezolano puede contar con los
hombres y mujeres del MPV.
VENEZUELA NECESITA UN NUEVO PRESIDENTE Y UNA NUEVA
DEMOCRACIA, LA DEMOCRACIA PROGRESISTA.